Desde principios de 1938 venían celebrándose negociaciones entre el gobierno Británico y el que De Valera dirigía en la Irlanda del Sur. El 25 de abril se firmo un acuerdo por el cual y entre otras cosas, la Gran Bretaña renunciaba a todo derecho de ocupar, con fines navales, los dos puertos irlandeses de Queenstown y Berehaven y base de Lough Swilly. Aquellos dos puertos meridionales eran esencialísimos para la protección naval de nuestros servicios de suministros de víveres. En 1922 siendo yo ministro de colonias y dominios, hice acudir a mi despacho al Almirante Beatty para que explicase a Michael Collins la importancia de dichos dos puertos como dentro de nuestro sistema general de importación de provisiones .Collins quedo convencido inmediatamente “Tendrán ustedes los puertos-dijo-, puesto que son necesarios para la vida de Inglaterra”. Así quedo arreglado todo y así transcurrieron durante 16 años, sin incidentes .fácil es comprender los precisos que eran Queenstown y Berehaven .Ellos constituían los puertos de aprovisionamiento de combustible para las flotillas de destructores que habían de perseguir en el Atlántico a los sumergibles y proteger a los convoys cuando alcanzasen las zonas de canales y estrechos. Lough Swilly era análogamente necesario para defender el Clyde y el Mersey. Abandonar esas bases significaba que nuestras flotillas debían arrancar de Lamash al norte y de Pembroke Dock ó Falmouth en el sur, disminuyendo así su radio de acción y protección en más de 400 millas.
Me parecía increíble que los Jefes del Estado Mayor hubieran consentido en tirar por la borda tal elemento de defensa y hasta el último momento creí que nos habíamos reservado el derecho de ocupar esos puertos irlandeses en caso de guerra. Pero de De Valera anuncio en el Dail Irlandés que la cesión no implicaba condición alguna. Mas tarde se me aseguro que al propio De Valera le sorprendió la prontitud con que el gobierno ingles acepto su propuesta. El jefe del gobierno Irlandés la había incluido en sus condiciones con el intento de prescindir de insistir en ella si se zanjaban a su satisfacción otra clausulas del acuerdo pactado.
Lord Chatfield en el capitulo XVIII de su libro “lo que podía volver a ocurrir” explica lo que él y otros jefes de Estado Mayor hicieron. Deben leer dicho capitulo los que se interesen por el tema. Por mi parte sigo convencido de que la renuncia incondicional al derecho de usar los puertos irlandeses en tiempo de guerra, constituyo un grave perjuicio para la vida y la seguridad inglesa. Difícil es concebir acto mas atolondrado en ocasión semejante. Es verdad que al fin sobrevivimos sin usar esos puertos. Es verdad también que, de amenazarnos el hambre, los hubiéramos ocupado por la fuerza. Pero eso no justifica nada. Como resultado de aquel imprevisor ejemplo de “apaciguamiento” no tardadnos en perder muchos buques y muchas vidas
Memorias de la SGM Tomo I/Winston Churchill(Plaza & Janes) Barcelona 1965paginas 320 y 321
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Hace 5 años